Eterno homenaje

Mi historia
Milton Marcelo Bulla Estrada, nació el 1 de septiembre de1963 en Riobamba Guano-Ecuador, era el tercero de 10 hermanos, concluye sus estudios en el colegio Cisneros y migra a la ciudad de Quito para formarse como Ingeniero en la politécnica nacional del Ecuador.
"Cuando mi voz calle con la muerte, mi corazón, seguirá hablando."
Sin ti y eternamente contigo
Honrar la memoria de mi padre en nombre de mi familia en este homenaje es una labor delicada que me enorgullece profundamente. El ejercicio de la memoria hace que vengan a mí infinidad de anécdotas y recuerdos, muchos de ellos que entretejen la historia de nuestra familia.
Hoy celebramos la vida de un hombre y su legado hacia nosotros. Un corazón generoso que, aunque ha dejado de latir, nos acompaña.
Mi padre Milton Marcelo Bulla Estrada fue, si puede decirse así, un hombre común, venido de un pueblo como muchos, de una familia como muchas; pero lo que lo hizo especial fue su tenacidad por salir adelante, un padre de una gran bondad, muy responsable en todo lo concerniente a nuestra educación, con un tinte bastante marcado de rigurosidad, muy comprometido con el trabajo bien hecho, muy perfeccionista en todo lo que hacía, muy abstraído por su trabajo, amante al deporte y en mi opinión muy cuerdo en todas sus dictámenes personales ...
Fue también una gran persona muy sensible, sencillo capaz de emocionarse con la mueca de su nieta, o también escuchando sus canciones que lo trasladaban a su juventud.
Él fue muy exigente consigo mismo, pero vivió su vida como la quiso vivir, trabajó en lo que más le gustaba hacer, contó con la mejor mujer que pudo existir para acompañarle toda su vida a su lado, y falleció en su casa rodeado de su familia y amigos.
Sin ti y eternamente contigo
Mirar al cielo y recordarte papa
Papá por treinta o cuarenta años,
Amigo de mi vida todo el tiempo,
Protector de mi miedo, brazo mío,
Palabra clara, corazón resuelto,
Te has muerto cuando menos falta hacía,
Cuando más falta me haces, padre, abuelo,
Hijo y hermano mío, esponja de mi sangre,
Pañuelo de mis ojos.
Te has muerto y me has matado un poco.
Porque no estás, ya no estaremos completos,
En un sitio, de algún modo.
Algo le falta al mundo y tú te has puesto A empobrecerlo más y lo a hacer a solas
Tu gente triste y tu Dios contento.

